En un gimnasio convencional lo primero que hará el monitor al uso es apuntar en tu tabla de entrenamiento las sesiones de «cardio» que deberás realizar, más frecuentemente si tu objetivo es perder peso, naturalmente en las bicis, cintas o elípticas que pueblan la mayoría de centros de fitness a lo largo y ancho del planeta.
Tras un mes más o menos sin resultados, aplicando las dietas hipocalóricas convencionales basadas en galletas integrales y barritas energéticas y sudando (poco) en las citadas máquinas la mayoría abandona tras haber pagado normalmente 6 meses o un año. La industria ya hizo su negocio: tú tienes menos dinero pero tu forma física apenas ha variado. Para colmo perdiste la motivación en el camino y quizá te hayas resignado a no cambiar tu cuerpo porque llegaste a creer que esto del deporte es para otros o que es algo complejísimo sólo al alcance de una reducida élite. Nada más lejos de la realidad… Leer más…