Sabemos que el exceso de comodidad con que nos tienta la sociedad moderna perjudica nuestra salud. Nuestro cuerpo necesita ciertos desafíos para despertar su capacidad de soportar la “incomodidad” inherente a la vida natural, fortaleciendo así nuestra salud.
Sabemos, por tanto, que pasar algo de hambre, algo de frío, realizar esfuerzo físico intenso (en ayunas para los más atrevidos), idealmente expuestos al sol y en un entorno natural, recupera parte de lo que nuestros ancestros hacían habitualmente y que nosotros, hijos de la civilización tecnológica, nos sentimos afortunados de haber desterrado de nuestra plácida existencia. Leer más…